Caries, enfermedad gingival, halitosis y cálculos son algunas afectaciones que puede generar la formación de sarro en tus dientes. Te contamos qué es y cómo tratarlo.
Seguramente has escuchado la palabra sarro alguna vez pero, ¿sabes de qué se trata esta condición y cómo afecta tu salud bucodental? También llamado cálculo o tártaro dental, el sarro aparece cuando se calcifica la placa bacteriana, formando una masa de color amarillenta o marrón sobre los dientes, en la línea de las encías o debajo de ellas.
A diferencia de las manchas y la placa bacteriana (compuesta por saliva, restos de alimentos y bacterias), el sarro es una sustancia más dura y visible que, de no ser tratada a tiempo, afecta la apariencia de la dentadura y puede dar lugar a otros problemas dentales como:
- Caries
- Enfermedad periodontal (gingivitis o periodontitis)
- Halitosis (mal aliento)
Tipos de sarro
Según el lugar donde se forme, podemos hablar de dos tipos de sarro:
- Subgingival: suele aparecer debajo de la línea de la encía, lo cual puede provocar la formación de bolsas periodontales.
- Supragingival: es el más fácil de detectar, pues se ubica en la superficie de los dientes y de las encías.
Tratamiento
Si notas las presencia de sarro o sospechas que puedes tenerlo, consulta con tu odontólogo para que haga el diagnóstico pertinente. Una vez detectado, el paso a seguir es retirar los cálculos dentales (es decir, el sarro) a través de dos procedimientos principales: el detartraje y la profilaxis.
Ambos tratamientos tienen como objetivo eliminar las bacterias que se acumulan en dientes y encías para recuperar la salud de tu boca y prevenir complicaciones.
¿Cómo prevenir la formación de sarro?
Estamos convencidos de que en los buenos hábitos está la clave para proteger tu salud bucodental, y estos tres consejos básicos te ayudarán a prevenir más de una enfermedad:
- Cepíllate los dientes tres veces al día. Dedícale el tiempo suficiente a esta actividad, con un buen cepillo y una técnica adecuada.
- Incluye el hilo dental en tu rutina de higiene. La limpieza será mucho más profunda y evitará la acumulación de bacterias en los lugares a los que el cepillo no alcanza a llegar.
- No olvides las visitas periódicas a tu odontólogo. Es una manera de prevenir y actuar oportunamente frente a cualquier situación.
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